El sector construcción ha sido uno de los directamente afectados por las medidas tomadas de aislamiento social para evitar la propagación del coronavirus. Las actividades de producción y despachos de cemento, ejecución de obras públicas y la construcción del rubro inmobiliario continúan paralizadas. La extensión del aislamiento social hasta el 26 de abril hace que el impacto al sector construcción sea aún mayor.

Asumiendo que el año tiene alrededor de 288 días laborables para el avance físico de obras (asumiendo que la obra opera 5.5 días a la semana, de lunes a viernes todo el día y sábados medio día), estos 41 días corresponden a apróx. 32 días laborales, es decir un 11% del periodo anual con las obras paralizadas. No sería correcto asumir que en este porcentaje decrecería el sector, ya que habrá iniciativos de estímulo para intentar recuperar el tiempo perdido, pero nos ayuda a cuantificar la magnitud del impacto.

Otro punto relevante a considerar es que la reactivación del sector construcción requerirá protocolos de seguridad para obras y producción de materiales de construcción para la prevención de la propagación del COVID-19. El momento de preparar estas guías y protocolos es durante la cuarentena, ya que deben estar definidos una vez culminen las medidas de emergencia para que las operaciones re reanuden rápidamente.

Medidas Económicas para el Sector Construcción

Se están impulsando medidas para mitigar la menor actividad del sector que afecta directamente a casi un millón de puestos de empleo directos. Esta semana, por ejemplo, CAPECO y la FTCCP anunciaron, en un comunicado conjunto, que han solicitado al gobierno la inclusión de los trabajadores de construcción civil en el bono para familias vulnerables. Según Guido Valdivia, Director Ejecutivo de CAPECO, se plantea que el bono para las familias de los trabajadores se financie con fondos del Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción – SENCICO, que obtiene casi el 80% de sus ingresos de las contribuciones obligatorias que realizan todas las empresas de construcción. Con esta iniciativa ascendería a S/. 110 millones y beneficiaría a cerca de 140 mil trabajadores del sector que se habrían quedado sin contrato. Asimismo, Valdivia menciona que algunas empresas ya estarían trabajando protocolos de seguridad para obras y producción de materiales de construcción para que cuando culminen las medidas de emergencia las operaciones se reanuden a la brevedad.

Proyecciones de Crecimiento para el Sector Construcción

El Valor Agregado Bruto (VAB) del sector construcción al PBI peruano, siempre ha estado altamente correlacionado con la tendencia de toda la economía peruana. Evaluándolo desde 2007 hasta 2018 existe un alto factor de correlación entre el sector construcción y el PBI de 0.93. Tomando en cuenta que el sector construcción está entre los más afectados por el COVID-19 planteamos escenarios con crecimiento ligeramente menor al del PBI: el optimista de 0.4%, uno pesimista de -6.5% y un escenario promedio de -2.75%.

Vale recalcar que estos escenarios toman en cuenta una paralización de 41 días hasta el 26 de abril. Dependiendo del desenvolvimiento del ratio de personas infectadas en los próximos días, se decidirá si las actividades laborales se reactivarán, o el período de cuarentena se extenderá por más tiempo.

Segmento Residencial

El apetito de desarrolladores inmobiliarios para iniciar nuevos proyectos disminuirá bajo las circunstancias actuales. Sin embargo, se espera que el sector de viviendas sea uno de los recuperados con mayor rapidez a causa de la gran demanda inmobiliaria de más de 300,000 hogares que existe en Lima Metropolitana.

A causa de la paralización, CAPECO estima una menor colocación de créditos Mivivienda en 2020 frente a los 20,000 proyectados a inicios de año. En particular, estiman que, en el mejor escenario, se colocarían 13,500 préstamos, similar a los 12,224 colocados en 2019 que representaron casi un récord desde el 2013. De acuerdo con aproximaciones de CAPECO, para la reactivación del sector se necesitaría que el presupuesto del gobierno para viviendas sociales se mantenga en, por lo menos, los S/. 1,600 millones ejecutados el año pasado.

El Ministerio de Vivienda en coordinación con los tres gremios asociados inmobiliarios, ADI, ASEI y CAPECO, ya estarían evaluando distintas medidas relacionadas a los créditos Mivivienda como: (i) la aplicación de garantías a créditos ante posibles incumplimientos, (ii) el aumento de subsidios al Fondo Mivivienda, (iii) la cobertura de seguro que cubra algunos meses de las cuotas hipotecarias y (iv) la reducción de la cuota inicial exigible para aplicar a estos créditos. Respecto a las viviendas verdes, según CAPECO se postergaría la implementación de los nuevos requisitos que los harían más exigentes, por lo menos hasta fin de año.

Según la Asociación de Empresas Inmobiliarias (ASEI) se esperaría que las ventas del sector inmobiliario en el segundo trimestre se reduzcan en 40% debido al impacto económico del Covid-19. Sin embargo, la recuperación inmobiliaria tomaría entre 6 y 9 meses. Ellos consideran que el sector se encuentra en una situación similar a la de la crisis financiera del 2008 y que siendo un factor externo temporal, en vez de uno estructural (como lo fue en 2008), la recuperación será más rápida.

Segmento Edificaciones No-Residenciales

El segmento de edificaciones presenta diferencias dependiendo de su subsegmento, pero en general puede que sea uno de los más afectados y difíciles de recuperar. Por un lado, la construcción de hospitales será priorizada en los próximos meses para la atender la creciente demanda de pacientes causados tanto por el COVID-19 como por otras enfermedades. Un ejemplo reciente fue la aceleración de la construcción del Hospital de Vitarte en Ate. Las obras de hospitales que están paralizadas a causa de la cuarentena serán retomadas rápidamente una vez se reinicien las actividades.

Uno de los subsegmentos más afectados será el de edificaciones de hospedaje, como hoteles y hostales, ya que estos dependen principalmente del flujo de turistas y personas que requieran hospedaje temporal. Mientras el sector turismo no se normalice, lo cual podría tardar hasta finales de año, la sobreoferta actual de hoteles limitará la cabida a nuevos proyectos.

La demanda de espacios de oficinas también disminuirá, muchas empresas reducirán su gasto operativo para mantenerse a flote, y demandarán menos espacio físico tanto por la reducción de su operación, como por la posibilidad de realizar teletrabajo (Lo cual ha demostrado en muchos casos aumentar la productividad laboral). Esto, sumado a las empresas que se verán obligadas a cerrar sus operaciones podría disminuir considerablemente la demanda por espacios de oficina. La sobreoferta de espacios libres bajará los precios de alquiler y desacelerará la inversión de nuevos proyectos.

Respecto a otras edificaciones relacionadas al esparcimiento como centros comerciales, reflejarán menor actividad económica por la baja de consumo.

En líneas generales consideramos que el segmento de edificaciones no residenciales será el más afectado por esta crisis del COVID-19.

Proyectos de Infraestructura Pública

En este punto, resaltamos que la recuperación de los proyectos de infraestructura pública dependerá de la proactividad del gobierno en su ejecución. Vemos con el paquete económico planteado de 12% del PBI, que hay buena disposición del Ejecutivo para fomentar la recuperación de la economía. Se debe estar también atentos a la disposición de los gobiernos locales y regionales de ejecutar las inversiones de obras públicas.

Al 18 de marzo, los tres niveles de gobierno habían ejecutado S /. 1,052.5 millones en obras. Hasta el 31 de marzo se habrían tenido que devengar más de S/. 1,129 millones para superar lo registrado en marzo 2019, pero a causa de la pa

¿Y qué pasará con la Autoconstrucción?

Si bien el sector de autoconstrucción es difícil de medir e incierto, hay algunas observaciones preliminares que podemos tomar en cuenta. Predominantemente la autoconstrucción se refleja en el segmento residencial. Según CAPECO, se calcula que 70% de las viviendas en Lima Metropolitana son construidas de manera informal. La oportunidad en este segmento para empresas constructoras formales y proveedores de maquinaria de construcción compleja es baja.

Sin embargo, puede significar una oportunidad para proveedores de materiales de construcción básicos, pues probablemente la proporción de autoconstrucción informal sobre el sector construcción total, reflejará un crecimiento. La principal causa será que muchas empresas formales se verán obligadas a cerrar o disminuir su personal a causa de la crisis y esta mano de obra buscará generar ingresos paralelos, por ejemplo, a través de pequeños proyectos de autoconstrucción. Si bien, muchos materiales de construcción tendrán un incremento en precio por las dificultades de producción e importación, la sobreoferta de mano de obra (que ya venía subiendo el año pasado), hará que los sueldos bajen.

ralización, la subida de este monto fue mínimo. El monto ejecutado el mes de abril será negligente a causa de la paralización por la cuarentena.

Fuente: Equilibrium Business Development Consultancy