El ladrillo ha sido por años la base de la mayoría de las edificaciones de la construcción nacional, tanto en las obras que desarrolla el Estado como la empresa privada. Asimismo, tiene una alta presencia en el sector de la autoconstrucción.
Este último, ha sido el que marca la pauta de la venta de ladrillos para el sector, y quienes lo usan deben saber diferenciar las diversas cualidades y funciones que tienen los distintos tipos de ladrillos, así como los beneficios que puede traer la adquisición de un buen producto.
Ello, con el fin de que su construcción sea más segura y sismorresistente, ya que nos encontramos en un país con un silencio sísmico bastante pronunciado, y en donde las edificaciones, deben cumplir determinados estándares de seguridad para aminorar las consecuencias de un terremoto, o cualquier fenómeno que pueda ocurrir a lo largo y ancho de nuestro país.
Sin embargo, existen un sin número de empresas clandestinas quienes ofrecen estos materiales con determinados beneficios y a costos muy por debajo de lo normal, que, a la larga, solo expone la vida de las personas que habitan dichas construcciones.
Otros de los objetivos que tiene este gremio, que opera desde el 2017, está el difundir las bondades del ladrillo cerámico; fomentar el cuidado del medio ambiente en el sector ladrillero; así como ayudar a ser sostenibles a ladrilleros artesanales.
Y es que, la industria ladrillera, es capaz de mover, aproximadamente, casi 9.5 millones de toneladas anuales (Solo en Lima Metropolitana se ha registrado un consumo de 10,000 toneladas diarias, según el total de inmuebles construidos), lo que significaría alrededor de S/ 1,600 millones.
Además, se estima que del 100% de la distribución de ladrillos el 50% está distribuido en la capital, mientras que el otro 50% está repartido en el resto de regiones, en donde destacan Trujillo, Chiclayo, Arequipa, Cusco y Tacna.
Pero, ¿A qué nos referimos con empresas informales? Según ALACEP, estas empresas, generalmente, están constituidas dentro del mercado nacional, pues cuentan con número de RUC, pero, no tienen sistemas de control ambiental, certificaciones y no facturan al 100 %.
Esta informalidad, dentro de las empresas ladrilleras, puede hacer referencia a distintos factores que limitan el crecimiento de las mismas, como la cantidad excesiva de trámites burocráticos, seguido de una fuerte carga tributaria, así como la carencia de infraestructura de sus recintos y baja competitividad.
Ante esta problemática, ALACEP, espera obtener un crecimiento anual de 10%, con el fin de brindar facilidades a las empresas para integrar este gremio. Para ello, las empresas deberán tener RUC, tener el diagnóstico de impacto ambiental, todo el personal debe estar inscrito en planilla y debe tener una cartera de ventas organizadas.
En tanto, señaló que en lo que va del año han percibido en el mercado una reducción del 22% del consumo de ladrillos respecto al 2018, “aunque se estima que el segmento del mercado de la construcción moverá alrededor de 450,000 toneladas en todo el Perú”.
Consultada sobre las nuevas soluciones constructivas que hacen uso de materiales alternativos al ladrillo, la ingeniera señaló que las empresas que conforman la Asociación Ladrillera de Cerámicos del Perú (ALACEP) lanzarán dentro de poco los nuevos formatos de ladrillos para tabiquería y muros portantes de alto rendimiento, conservando así los altos beneficios de este producto que se fabrica con arcilla.
En ese sentido comentó que las innovaciones pendientes tienen relación con formatos más grandes y portantes a fin de complementar la demanda potencial de la industria edificadora.
“Cabe indicar que los ladrillos se caracterizan por ser antisísmicos pues permiten la absorción y disipación de impactos laterales durante los sismos, además destacan por ser acústicos y por su alta resistencia al fuego”.
“La demanda de ladrillos debe estar, para LARK, entre las 11,000 y 14,000 toneladas por día, siendo la autoconstrucción el sector que concentra el 80% de este volumen, le siguen con 10% la inversión privada (hotelería, remodelación, etc.), así como la construcción Gubernamental y la residencial con 5%, respectivamente”, precisó la especialista.
Hoy en día LARK -con 23 años en el mercado- está presente suministrando sus ladrillos en diferentes obras gubernamentales como son la construcción de hospitales regionales, bases militares y navales, ejecución de colegios, centros penitenciarios, así como para el programa de vivienda de Techo Propio etc. “Mientras que en el sector privado están presentes en las obras de construcción de vivienda”, dijo Revilla.
En búsqueda de seguir ofreciendo productos de calidad, Ladrillos LARK viene invirtiendo -cada tres años- la suma de US$ 10 millones en la implementación de equipos y tecnologías en sus plantas de fabricación, ubicadas en Lima y Lambayeque. “Recientemente hemos construido un secadero de ciclo completo para ladrillos de gran formato, tabique y portantes” finalizó.