En efecto es necesario dar un límite a la temperatura del concreto antes de su colocación en situaciones en donde no exista un control ni tampoco se emplee tecnología, en donde incluso los 32°C como máximo podrían ser menores.
El concreto, como una mezcla de componentes aglutinados por un cementante químico (cemento hidráulico), presenta incremento de temperatura desde su condición fresca hasta su endurecimiento final, dada la naturaleza exotérmica en la reacción de hidratación del cemento.
Los problemas usuales que se presentan en estado fresco cuando el concreto tiene una temperatura elevada, son: mayor pérdida de asentamiento, mayor requerimiento de agua en la mezcla, tendencia a remezclar, mayor velocidad de fraguado, dificultad en la colocación, compactado y acabado, presencia de agrietamiento por contracciones en estado plástico, mayor probabilidad de fisuración por retracción plástica, y la necesidad de curado temprano.
Los aditivos retardantes, forman una película impermeable temporal alrededor de las partículas de cemento retrasando temporalmente la hidratación y manteniendo la trabajabilidad del concreto en estado fresco. A medida que transcurre el tiempo, dicha capa se va perdiendo, permitiendo resumir el proceso de hidratación normal en el concreto, sin generar ningún otro efecto en estado endurecido.
El uso de estos aditivos químicos permite, por tanto, superar las limitaciones que presenta la fabricación tradicional de concreto, sin aditivos y reducir o eliminar los problemas de pérdida de asentamiento, mayor requerimiento de agua, remezclado, velocidad de fragua, dificultad para la colocación, compactación y acabado.
En el mundo, incluyendo países vecinos, se tiende a evaluar el concreto mediante el desempeño y rendimiento centrado en el resultado final, a través del empleo de tecnologías las cuales considera los materiales, el concreto y los mismos procesos constructivos, partiendo de especificaciones flexibles antes que imponer recetas que carecen de argumentos técnicos o desactualizados.
Por otro lado, erróneamente la aplicación de experiencias empíricas en cada etapa de la producción de estructuras de concreto, muchas veces prevalece cuando los avances permanentes que aportan la tecnología del concreto y la aceleración que exige los procesos constructivos, requieren cada vez más de conocimiento técnico basados en investigaciones acompañado de un estricto sistema de aseguramiento de la calidad.
Finalmente, comparto lo señalado por el reconocido Ramón Carrasquillo: el proceso de aceptación, integración e implementación de nuevas tecnologías debe de ser agilizado y liberado de obstáculos tradicionales.